HERRAMIENTAS Y SABERES

¡PARA TRANSFORMAR EL MUNDO!

La agroecologia

La agroecología encarna una revolución agrícola basada en la sostenibilidad, la equidad y la justicia social. Ofrece una alternativa viable a los sistemas alimentarios industriales, respondiendo a los retos medioambientales, climáticos y sociales de nuestra época. Sin embargo, requiere un cambio sistémico que implique no solo a los agricultores, sino también a los consumidores, los responsables políticos y la sociedad civil.

La agroecología es más que un método de producción, es una visión integradora de un futuro sostenible para la agricultura y la humanidad.

1. Dimensión científica: las bases ecológicas de la agroecología

La agroecología se basa en principios científicos derivados de la ecología y la biología:

  • Interacciones biológicas: analiza cómo interactúan las plantas, los animales, los microbios y los suelos en un ecosistema agrícola.
  • Ciclos biogeoquímicos: se centra en el reciclaje de nutrientes (nitrógeno, fósforo, carbono) para minimizar las pérdidas y enriquecer los suelos.
  • Resiliencia: Los ecosistemas agrícolas están diseñados para ser resilientes frente a las incertidumbres climáticas y las presiones bióticas (enfermedades, plagas).

Los investigadores en agroecología también incorporan conocimientos de las ciencias sociales para comprender cómo las prácticas agrícolas interactúan con las estructuras económicas, culturales y políticas.

2. Prácticas agroecológicas en detalle

Las prácticas agroecológicas son variadas y se adaptan a los contextos locales. Entre ellas se incluyen:

  • La cobertura vegetal permanente: mantener el suelo cubierto con plantas o residuos para evitar la erosión y conservar la humedad.
  • Los biofertilizantes y biopesticidas: utilizar soluciones naturales a base de microorganismos o sustancias vegetales para enriquecer los suelos y proteger los cultivos.
  • Sistemas integrados: combinar cultivos, ganadería y agrosilvicultura para optimizar las sinergias entre los diferentes elementos del sistema agrícola.
  • Economía circular agrícola: reutilizar los residuos agrícolas, como el estiércol o los residuos de los cultivos, para crear insumos fértiles.

3. Dimensión social y ética

La agroecología no se limita a la producción agrícola: también abarca las relaciones humanas y los sistemas sociales. Su objetivo es:

  • Promover la equidad: Fomentar una distribución equitativa de los recursos y los beneficios entre los diferentes actores de los sistemas alimentarios.
  • Apoyar los conocimientos locales: Valorar los conocimientos tradicionales de las comunidades rurales e integrar al mismo tiempo las innovaciones modernas.
  • Reforzar los vínculos sociales: Fomentar la colaboración entre agricultores, consumidores, investigadores y responsables políticos para construir conjuntamente sistemas alimentarios sostenibles.
  • Soberanía alimentaria: Dar a las comunidades locales el poder de definir sus propias políticas alimentarias y agrícolas.

4. Política y gobernanza: la agroecología como palanca de transformación

La agroecología se inscribe en un marco político y económico que busca transformar los sistemas alimentarios dominantes. A menudo se opone a los modelos agrícolas industriales por varias razones:

  • Reducción de la dependencia de los insumos industriales: limitar el uso de fertilizantes químicos, pesticidas y semillas patentadas.
  • Democratización de los recursos: defender el acceso equitativo a la tierra, las semillas y el agua.
  • Políticas públicas favorables: animar a los gobiernos a apoyar a los agricultores que practican la agroecología mediante subvenciones, programas de investigación e infraestructuras adecuadas.

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) ha identificado 10 elementos clave de la agroecología, entre los que se incluyen:

  • La diversidad,
  • La sinergia,
  • La eficiencia,
  • La resiliencia,
  • La gobernanza participativa.

5. Impactos globales de la agroecología

Sobre el medio ambiente:

  • Reducción de las emisiones de CO₂ gracias a prácticas bajas en carbono (por ejemplo, cultivos sin labranza).
  • Preservación de la biodiversidad gracias al policultivo y a la plantación de especies autóctonas.
  • Mejor salud de los suelos, que almacenan más carbono y se convierten en sumideros de carbono.

Sobre la economía local:

  • Aumento de los ingresos de los pequeños agricultores gracias a una menor dependencia de insumos costosos.
  • Desarrollo de mercados locales y circuitos cortos, lo que reduce los costes de transporte y los intermediarios.

Sobre la salud humana:

  • Mejora de la calidad nutricional de los alimentos producidos sin pesticidas.
  • Reducción de la exposición a productos químicos tóxicos para los agricultores y los consumidores.

En la sociedad:

  • Fortalecimiento de los vínculos entre agricultores y consumidores gracias a iniciativas como los mercados campesinos y la agricultura apoyada por la comunidad (CSA).
  • Contribución a la seguridad alimentaria mediante el aumento de la productividad de forma sostenible, sin degradar los recursos naturales.

6. Agroecología y resiliencia frente al cambio climático

La agroecología es especialmente adecuada para responder a los retos climáticos:

  • Adaptación: Los sistemas agroecológicos son más resilientes a los fenómenos climáticos extremos gracias a su diversidad y a su capacidad para retener el agua en el suelo.